Presentado en el prestigioso Festival de Toronto, este documental codirigido por el propio Waters detalla los preparativos del monstruoso show que llevó a recorrer al ex Pink Floyd gran parte del mundo a lo largo de tres años, con una representación en vivo del disco de la banda.

Las imágenes del espectáculo y sus esfuerzos tras bambalinas fueron filmadas en Grecia, Italia, Francia, Inglaterra e incluso en Buenos Aires.