El reclamo de más de 100 millones de dólares que se conoció como "el juicio entre privados más grande de la historia de Rosario" tuvo un giro inesperado: los hijos del fallecido Leo Grinschpun, ex dueño de Cachamai, denunciaron penalmente que quienes eran sus abogados obtuvieron su firmas "mediante engaños" y con ellas desistieron de la acción judicial y del derecho correspondiente a la deuda documentada contra el Grupo W.

Según el escrito que presentaron en el Ministerio Público de la Acusación, los herederos Marcelo y Samanta Grinschpun señalan que en diciembre de 2016 estaban junto a sus abogados Matías Scalona y Leopoldo Hernández "peleando para conseguir el cobro de la deuda", que se tramitaba en los Tribunales Provinciales, y que "para 2017" se quedaron sin ella por firmar un documento "a pedido y bajo instrucciones" de sus asesores legales, "el cual en realidad no entendían".

Según la denuncia, les dijeron que la firma "favorecía notablemente en lograr el cobro de la deuda de los W", el grupo compuesto por Gerardo, Darío, Daniel y Adrián Werthein. Con él, desistieron del reclamo.

"Nos convirtieron de millonarios a mendigos mediante la obtención fraudulenta de nuestra firma en escritos judiciales, principalmente el del desestimiento", aseguran a la Justicia penal.

El origen

Una deuda de los Whertein con la familia del empresario rosarino Leonardo Grinschpun, fallecido inesperadamente en enero de 2016 en Punta del Este, se convirtió en el conflicto judicial más grande de la historia de los Tribunales locales. El reclamo inicial era una suma de 84 millones de dólares que, sumados los intereses resarcitorios y punitorios, superaba los U$S 140 millones. Habían logrado, inclusive, la firma de un reconocimiento.

Según fuentes judiciales, el origen del conflicto es un dinero prestado por el empresario rosarino al Grupo W para la compra de Telecom entre 1998 y 1999. De acuerdo a la primera demanda, Grinschpun le dio a los Werthein dinero en efectivo, bonos, propiedades y la fábrica de té y yerba mate Cachamai, cuya planta está en Villa Gobernador Gálvez. Como no se cumplió el acuerdo, la familia del difunto fue a la Justicia con un pedido de homologación del convenio.

Ese trámite, que avanzaba en el Juzgado Civil y Comercial N° 7, a cargo de Marcelo Quiroga, fue sobre el que los hijos de Leo rubricaron su desestimiento ante escribano público.

"Firmamos con la total convicción que era en pos de nuestro beneficio y mediante una carilla y media pasamos de millonarios a mendigos", describieron.

La fecha clave

Hacia diciembre de 2016, los herederos de Leo Grinschpun y sus abogados estaban "del mismo lado". Es decir, peleando por conseguir el cobro de la deuda. Lo fundamental sucedió los días 7 y 8 de marzo de 2017, cuando concurrieron todos a una escribanía de Rosario y firmaron.

Lo llamativo, y bajo investigación, es que en idéntica fecha Daniel Whertein presentó un escrito con firma certificada mediante el cual desistía de una "contrademanda" penal en Buenos Aires manifestando que se había "confundido" con reclación al accionar de Scalona y los herederos, a quienes había denunciado ni más ni menos que ante el fiscal Carlos Stornelli.

Así fue que el 16 de marzo de 2017, el juez Quiroga dictó una resolución en la que dio por extinguido el proceso por el desestimniento y reguló honorarios a los profesionales por un máximo de 200 mil pesos, lo que es una suma irrisoria comparada a la que obtenían si lograban sentencia.

A esos tres pasos, los denunciantes lo describen como "una secuencia de hechos que responde a un plan" por el cual los hicieron desistir del derecho y proceso de una suma millonaria, que tuvo una hubo escasa regulación de honorarios, que quedaron en posición vulnerable por el potencial reclamo de una suma elevadísima y que se levantaron todas las medidas cautelares que habían sido trabadas en perjuicio de los W.

Avanzado 2017 y después de "rumores", los hermanos comprendieron que el juicio estaba terminado. Por eso señalan que "todo cambió" y que son "los únicos perjudicados".

Denuncia, allanamiento y descargo

Los Grinschpun fueron a la Justicia a finales de 2017 e hicieron una presentación por prevaricato, obtención fraudulenta de firma y estafa procesal. La sospecha sobre sus abogados tiene fundamento en que los hermanos no tenían acceso a los expedientes y que su única fuente de información eran los profesionales.

Asimismo, indican que Scalona tenía un documento de su padre, Leo, sobre el cual obtenía derechos sobre el 40% de la deuda. "Es prueba indiscutible de que sabía que era real", señalan.

Por su parte, Oscar Romera, defensor de Scalona y Hernández, confirmó a Telenoche (El Tres) la existencia del conflicto, aunque dio otra versión. "Los hijos de Leo Grinschpun cambiaron la estrategia y el estudio de abogados. El punto de conflicto es en definitiva una diferencia de honorarios que tienen mis defendidos contra los sucesores del señor Grinschpun. Ellos, al cambiar, deben abonar sus acreencias", indicó.

"Hay una mediación que está judicializada para tratar de solucionar los diferendos o mis clientes harán el juicio correspondiente", agregó. Cabe aclarar que ni los acusados ni su defensa accedieron por ahora al legajo completo.

Desde la Oficina de Prensa del MPA indicaron a Rosario3.com que durante un tiempo "se hicieron medidas, tomaron testimonios y requierieron documentación", hasta que días atrás el estudio de Scalona y Hernández, ubicado en Alvear y Montevideo, fue allanado por pedido de funcionarios de la Unidad de Delitos Complejos y Económicos.

"Se hizo un requerimiento de información. Fue personal policial de civil, pidieron hacer copias de los soportes tecnológicos, se les permitió y se secuestró documentación para procesar e investigar. Todo se hizo con autorización de un juez", especificaron.

Por ahora no hay imputados, aunque la Justicia analiza los pasos a seguir y la puja en dólares continúa.