Cada vez es mayor el número de estudios que demuestran que los cigarrillos electrónicos –o "e-cigarrillos"– son una herramienta muy útil para ayudar a los fumadores a dejar el tabaco. Unos estudios, asimismo, que han constatado que estos e-cigarrillos son mucho, pero mucho menos tóxicos que el tabaco "tradicional".

Pero cuidado: que sean más seguros no quiere decir que sean totalmente inocuos, según publica el portal abc. Y es que si bien vapear parece ser mucho mejor para la salud que fumar, siempre será peor que no hacer "nada" –ni cigarrillos electrónicos ni convencionales–. De hecho, un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Reina María de Londres (Reino Unido) muestra que el "vapeo", muy especialmente a largo plazo, aumenta notablemente el riesgo de desarrollo de infecciones pulmonares –al mismo nivel que el tabaco o la contaminación por la combustión del petróleo y sus derivados.