La ciudad china de Huangshi anunció que a partir del 2019 no se podrá tener más de un perro como mascota por familia. Ya desde antes de esta resolución tener un can resultaba algo oneroso: el Estado exige que se pague por perro una licencia anual de 288 dólares.

Según informó EFE, las autoridades locales señalaron que la medida trata de "proteger la seguridad y la salud de los ciudadanos", ya que en la ciudad se han registrado varios casos de personas atacadas por perros.

Asimismo, la nueva normativa prohibe tener como mascotas a perros de estatura mayor a 45 centímetros o a razas consideradas en China "feroces" como los bulldogs o los molosos.

Izquierda, un moloso; derecha, un bulldog. Dos razas prohibidas en China por "feroces".

Esta no es la primera ciudad china que toma medidas restrictivas en materia canina: la capital de la provincia suroriental de Hunan, Changsha, introdujo una normativa similar este año.

Otras importantes localidades como Chengdu (centro) y Hangzhou (este) han optado por restringir la posesión de perros a una corta lista de razas permitidas.

El país asiático está llevando a cabo una campaña contra el "comportamiento irresponsable" de los dueños de animales domésticos.

Aunque en China los dueños de mascotas deben vacunarlas y pagar una licencia anual que puede costar más de 2.000 yuanes (288 dólares, 252 euros), buena parte de ellos no registra a sus animales, lo que conlleva en muchas ocasiones que sean sacrificados por las autoridades.

Pese a esto, la industria de las mascotas está en alza en China: un informe publicado a principios de noviembre por el portal especializado Goumin apuntó que, en 2018, solamente en lo relacionado con perros y gatos el gasto crecerá un 27 % hasta alcanzar los 170.000 millones de yuanes (24.511 millones de dólares, 21.423 millones de euros).