Fue una serie de eventos afortunados lo que salvó la vida del diputado nacional de Cambiemos Eduardo Amadeo, que estuvo varios días internados en el Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria y hoy siente que nació de nuevo.

El primero de esos hechos fue que se cruzó en su camino Germán Brunassi, un médico de Rafaela que lo asistió cuando tuvo una crisis asmática en una estación de servicio de la autopista Rosario-Santa Fe, y a quien ayer volvió a agradecerle durante un diálogo que ambos mantuvieron en el programa A diario, que conduce Alberto Lotuf en Radio 2.

Amadeo, contó en la nota, estaba volviendo desde Paraná a Buenos Aires. Paró a cargar nafta, pero por un problema con una válvula se le cayó un chorro de nafta encima. “Para un asmático es gravísimo porque produce une espasmo bronquial y el gas queda metido adentro del bronquio”.

“Eso produce la muerte”, agregó. De hecho, él tuvo un “paro respiratorio instantáneo”. Su suerte fue que Brunassi, que según contó estaba volviendo de un encuentro en Funes a Rafaela, paró allí para que uno de los amigos con los que viajaba en caravana cargara nafta y enseguida se percató de la situación.

El médico comprobó que Amadeo no respiraba ni tenía pulso e hizo diez minutos de maniobras de resucitación cardíaca. Pero no fue esa su única suerte: en la mano de enfrente de la autopista estaba parada una ambulancia, que el profesional creyó que era la que habían llamado desde el lugar.

Un amigo suyo fue a buscarla. Pero era otra casualidad, otro hecho afortunado. La ambulancia estaba allí sólo con su chofer, que permitió que Brunassi y otra médica que, también casualmente, cargaba nafta en el lugar, usaran un tanque de oxígeno y cortisona que le proporcionaron al legislador a través de un suero.

Luego, a la media hora, llegó la ambulancia del Sies que trasladó a Amadeo al Eva Perón, donde según el diputado fue tratado con maestría.

El legislador hoy agradece y agradece. “Haber vuelto de la muerte hace que uno mire la vida desde otra perspectiva”, dijo.

Y se manifestó “impresionado” porque nunca había escuchado el relato del médico sobre lo que le había pasado. “Como vos me dijiste, fuiste el instrumento que usó Dios para que yo esté aquí, y aprovecho para agradecerte una vez más”, le dijo a Brunassi.

También agradeció al personal del Eva Perón, donde estuvo ocho días en coma inducida. “El trabajo fue simplemente impecable”, enfatizó.

“Le debo la vida a los santafesinos, a uno en particular y a varios que lo acompañaron”, remarcó. Y cerró: “Ustedes tienen que estar orgullosos de un hospital público santafesino. Vuestra salud está muy bien cuidada”.