El maltrato psicológico apenas está asomando como tema pese al prevalencia de la violencia en todas sus formas que sufre a diario la sociedad hoy. La figura de la violencia de género, el escalofriante número de víctimas que se dan a conocer a diario, está haciendo, por fin, que esta cuestión comience a ser incorporada en la charla cotidiana.

Amparados en esta percepción, Rosario 3 fue en busca del psicólogo Jorge Libman para que encuadrara lo que se puede clasificar como maltrato psicológico, sobre lo que señalaba: “Este maltrato es un conjunto de acciones, expresiones, gestos que se orientan en tratar al otro como objeto; a degradarlo, descalificarlo, a humillarlo, a tratarlo despectivamente; en lo cual está ausente el respeto hacia esa persona; su finalidad es ejercer algún tipo de poder sobre el otro”.

El especialista indicó que con este poder se pretende crear una relación asimétrica donde uno está en una situación de fortaleza en relación a la víctima del maltrato. “Esto puede conducir a los peores desenlaces, como pueden ser situaciones de violencia, abusos, destrucción de las personas, u otras consecuencias igualmente devastadoras”, aseveró.

- ¿Dónde se da el maltrato?

- En todo tipo de ámbitos; en la relación de pareja, en las relaciones laborales, en las relaciones de padres a hijos, en un equipo deportivo; es decir, en todo tipo de relaciones se puede dar el maltrato psicológico. Todo empieza cuando el victimario no tolera que el otro sea diferente, piense y actúe de un modo diferente; no tolera una diferencia y ni siquiera una falla del otro. En cuanto aparecen esas diferencias o desavenencias; el maltratador quiere empezar a imponer su poder, corrigiendo a través acciones, gestos y expresiones que en lugar de aportarle al otro, lo rebaja lo infravalora, lo humilla, lo anula, lo maltrata. La relación comienza y se manifiesta estable y armónica, pero ante la primera diferencia o conflicto, ahí el maltratador comienza a mostrarse.

- ¿Encuentra el terreno propicio?

- Sí, tenemos los ejemplos típicos; ámbito laboral y el ámbito de la vida en pareja son propicios. Se dan generalmente en la esfera de la privacidad; mucho de lo que ocurre con los victimarios es que muestran un rasgo sociable y amable hacia afuera, y puertas adentro maltratan.

- ¿Es como si alguien buscara a una persona para empezar de degradarla, por ejemplo con la palabra?

- El comienzo generalmente se da por medio de la queja y de la crítica; para lo cual el victimario usa, no sólo palabras hirientes sino gestos descalificadores y hasta a veces, más hirientes. Agravios en forma de sarcasmos, por ejemplo. Todo lo cual se va instalando cotidianamente, a lo cual, lamentablemente, la víctima tiende a naturalizarlo. Víctima a la que más de una vez no le quedan muchas alternativas.

- ¿Y en el trabajo?

- Es similar, un jefe que exige cada vez más tareas. Un jefe siempre crítico a las acciones de sus reportantes, a los que no les tolera una falla por mínima que fuera; o lo sobrecarga de tareas y siempre insatisfecho con el resultado del trabajo de ese reportante, al que presiona tanto que lo agota. Ese jefe usa la amenaza y el escarnio; las sanciones injustas e, incluso, el castigo de ignorar a la persona que toma como víctima de su maltrato. Muchas veces el victimario como un modo de sanción, recurre al silencio o a la indiferencia, o a ambos. Lo que se transforma en un modo terrible de maltrato; una forma de desorientar y descolocar a la víctima.

Jorge Libman
Jorge Libman | Psicólogo |Matrícula: 2231 | Instituto Pinel, Alvear 1478, 3er Piso Rosario