El protagonista se llama Mehmet Ozyurek y afirmó que tener ese tamaño de nariz le otorgó un sentido del olfato muy avanzado que lo diferencia del resto de las personas.

La distinción fue otorgado nada más ni menos que por Guinness World Records, conocido hasta el año 2000 como El libro Guinness de los récords, que es la entidad más importante y que mejor referencia anualmente los récords mundiales, tanto en los logros humanos como del mundo natural.

Mehmet Ozyurek tiene 72 años, es de origen turco y al hacer un repaso por su historia personal comentó que toda su vida y en donde sea que haya ido todas las personas que conocía concentraban su atención en la prominente nariz que siempre lo acompañó. Situación que lejos de molestarle lo ha llevado a sentir una peculiar adoración por esta parte de su cuerpo y hasta confesó que se siente "bendecido" de haber recibido este reconocimiento internacional.

Ozyurek precisó que sus amigos siempre lo criticaban por su aspecto pero también confesó que tiene una capacidad olfativa muy superior al resto y que es capaz de percibir olores que nadie más descubre en algún espacio físico. En este sentido, comentó: "Por ejemplo, cuando entro en mi casa puedo saber inmediatamente qué plato se está cocinando".

Retomando sus vivencias de pequeño, el hombre de la prominente nariz explicó: "Fue entonces cuando me miré en el espejo y me descubrí a mí mismo. Dios me hizo así, no hay nada que se pueda hacer en esta situación. He aprendido a vivir en paz con mi físico", según publicó Los Andes.

El ganador del certificado fue más allá y puntualizó: "Algunos se convierten en primeros ministros y otros en poseedores de récords mundiales", intentando dejar un mensaje de aceptación y amor propio asegurando que lo más importante es estar conforme con uno mismo.