El 8 de marzo de 1857 unas 20 mil trabajadoras (mayoritariamente costureras y planchadoras) ganaron las calles de Nueva York en protesta por las condiciones laborales en la fábricas, por un recorte del horario y el fin del trabajo infantil. El lema era Pan y Rosas.

Los reclamos siguieron hasta que el 25 de marzo de 1911 se escribió uno de los capítulos más cruentos del acuerdo entre patriarcado y capitalismo. Se trata del incendio de la fábrica Triangle Shirtwaist, también en la Gran Manzana, en el que murieron 123 mujeres y 23 hombres.

El relato indica que una colilla de cigarrillo inició el fuego del que no se podía escapara porque la puertas de edificio estaban cerradas. La historia habla de intencionalidad.

Ese hecho sirvió de referencia para fijar la fecha del Día Internacional de la Mujer en el 8 de marzo, aunque hicieron falta 64 años para Naciones Unidas la establezca en el “calendario” planetario.

El diálogo con A Diario (Radio 2), la socióloga Victoria Freire señaló que “el 8 de marzo es la oportunidad de hablar de todas las desigualdades y las violencias de género que persisten más de un siglo después (del incendio en la Triangle Shirtwais)”.

La también coordinadora del Observatorio de Género y Políticas Públicas indicó por tal motivo “no es una fecha de celebración” sino una jornada de lucha el tren de “objetivos que son comunes (a las mujeres e identidades feminizadas) y que buscan un mundo distinto”.

“El contendido del 8 de marzo cambió en el sentido de que recuperamos el sentido histórico de una fecha internacional. Logramos que se la resignifique. Es una fecha para visibilizar las desigualdades y las violencias”, continuó.

Asimismo, indicó que se trata de una acción que articula a mujeres de todo el mundo. “Es una búsqueda colectiva que no pasa por los esfuerzos individuales sino porque haya derechos para todas. Creo que es el sentido más importante que le podemos dar a la fecha”.

Sobre la el calificativo “feliz” a modo de salutación en la fecha, Freire señaló que “no se trata de llorar sino que cambiar una realidad injusta. Lo que se discute es que se intente borrar eso con una intención comercial. Se propone que la efeméride se convierta en un motivo de reflexión, para hablar de las cosas que no están visibilizadas, construir nuestra historia, recuperar a las grandes liderezas, poder entendernos en un recorrido. Hay muchas que lucharon para que podamos votar, por la patria potestad compartida, por derechos y mejoras en las condiciones laborales y por el derecho al aborto (IVE) y lo que eso representa en términos de autonomía del cuerpo. No hay otra manera de transformar una realidad que organizarse y actuar”.