Miqueas Lionel recibió un transplante de médula, luego venció a la leucemia y le ganó al coronavirus. Su familia es de Tierra del Fuego y tuvo que trasladarse a Buenos Aires para buscar el milagro de sobrevivir.

“Recuerdo cuando me llamaron y me comunicaron una de las novedades más lindas de mi vida ¡Buenas noticias! ¡Salió una persona en Alemania cuya compatibilidad es 10 de 10 para el trasplante de médula!”, cuenta emocionado Brian Alvarengo, el padre del nene, a medios porteños.

Vivían en Ushuaia, pero hace dos años tuvieron que mudarse de urgencia a Buenos Aires porque le diagnosticaron que tenia tres valores de sangre que no eran normales. “A los días, le diagnosticaron leucemia mieloide aguda. Tuvimos que hacer vida nueva acá”, agrega.

Miqueas comenzó con los ciclos de quimioterapia. En total, fueron cinco: uno por mes. Durante el tratamiento, tuvo varias complicaciones. Entre ellas, los médicos descubrieron que algunos virus intrahospitalarios habían ingresado a su organismo.

Los médicos evaluaron el caso de Miqueas y le informaron a la familia que la única salida era un  trasplante de médula
Comenzaron los padres haciéndose los análisis para ver si eran compatibles y solo el padre tenia un 70% de compatibilidad para salvar a su pequeño.Esa posibilidad fue descartada cuando los médicos del Italiano lo llamaron para avisarle que habían encontrado un donante en Alemania. 

Desde el INCUCAI se comunicaron con el voluntario para realizar el trasplante. En cuanto a los doctores del Italiano, mantuvieron diálogo con los médicos del Güemes para que las próximas quimioterapias fueran un poco más suaves.

En medio de la espera, a Miqueas le descubrieron una fractura en su pierna derecha. Y, además, la última quimioterapia que le suministraron le afectó el corazón: “Desarrolló una cardiopatía”.

De la internación en terapia intensiva, pasaron a sala común. Todo iba bien, pero luego le diagnosticaron coronavirus. “Era una cosa de no creer”, cuenta. Para su suerte y a pesar de ser un paciente inmunosuprimido, fue asintomático. 

Brian se siente agradecido con la vida: su hijo salió adelante y él se convirtió en donante de médula ósea: “Siento que es una forma de devolver algo de todo lo que recibí por Miqueas. Lo hice de corazón”.