Los bomberos que actúan contra los incendios en el Pantanal, un vasto humedal compartido por Brasil, Bolivia y Paraguay, consideraron este domingo que las llamas comienzan a retroceder, pero admitieron que aún están lejos de controlarlas por completo.

"Estamos avanzando hacia un control, pero todavía no tenemos el control efectivo", pues aún hay muchos "focos activos", dijo a EFE el subteniente Edraudino Pereira, jefe de un equipo de bomberos que combate las llamas en el estado brasileño de Mato Grosso do Sul, en medio de un terreno en el que las llamas alcanzaban las copas de algunos árboles.

Pereira ratificó que la caída de las temperaturas en esa región, que han llegado a unos 15 grados este fin de semana después de haber alcanzado picos de 35 en días anteriores, ha favorecido la acción de los bomberos, pero agregó que existen vientos de cierta fuerza que operan en contra y animan las llamas.

En una pausa de su trabajo contra el fuego, explicó que las temperaturas más bajas elevan los índices de humedad del aire y enfrían el suelo reseco, lo cual impide nuevos focos por ignición natural, aunque la situación no termina de ser del todo favorable por la acción de los vientos.

Bomberos brasileños luchan contra el fuego en Pantanal
Bomberos brasileños luchan contra el fuego en Pantanal. (EFE)

También han ayudado unas ligeras lloviznas que cayeron este fin de semana, sobre todo en la región próxima a Corumbá, capital de Mato Grosso do Sul, que los bomberos saludaron elevando sus brazos al cielo en señal de agradecimiento y gritando "viene la lluvia", como ocurrió este domingo frente a un equipo de EFE.

Si bien Pereira consideró que los incendios están ahora más controlados, alertó sobre la posible llegada de nuevos frentes de calor, que podrían volver a agravar la situación.

"Las perspectivas meteorológicas no son muy favorables", dijo en alusión a informes que anticipan la llegada de esos frentes de calor para los próximos días, en los que pudieran registrarse temperaturas de hasta 36 grados.

Los incendios en el Pantanal, un bioma con una rica biodiversidad proclamado Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco en el año 2000, comenzaron el pasado abril, pero se intensificaron en junio, debido a una intensa sequía y elevadas temperaturas, que se sumaron a la "acción humana".


Aunque el factor climático es decisivo, la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, ha asegurado que el 85 % de las llamas tuvo origen en tierras privadas y fueron provocadas por hacendados que prepararan terrenos para la siembra.

De acuerdo a las autoridades, la mayor parte de las llamas que azotan a ese ecosistema se ubican en los alrededores de Corumbá, una ciudad de 112.000 habitantes que es la puerta de entrada al Pantanal, pero cuya economía está volcada casi por completo a la agricultura.

Según datos oficiales, en lo que va de este año las llamas han afectado a unas 700.000 hectáreas del Pantanal, lo que equivale a cerca del 5 % del territorio total del bioma.