Tres voluntarios que participarán de la última fase de experimentación de la vacuna contra el coronavirus desarrollada por Pfizer y Biontech usaron sus redes sociales o los medios de comunicación para contar que acudirán con “alegría y responsabilidad” a recibir las dosis en el Hospital Militar, y con la expectativa de “colaborar” en la resolución de la crisis sanitaria mundial desatada por la pandemia.

“¿Por qué ser voluntaria de la vacuna de Pfizer-Biontech? Pienso que colaboro con lo hecho por el Estado para garantizarle a la población argentina el acceso a la vacuna en cuanto esté lista y asegurársela al personal esencial, mayores de 60 años y a grupos de riesgo. 26/8 Hospital militar, ¡allá vamos!”, escribió en su Twitter Florencia, que es licenciada en Ciencias Políticas.

En cambio, a Eugenio Albrecht, oriundo de Oberá,  le tocará ir el próximo 15 de agosto, según le contó a radio LT17 de Misiones.

“La expectativa es de que realmente sea un paso bueno para resolver esto que tanto nos preocupa y que nos mantiene encerrados y con miedo”, dijo este pastor evangélico que se anotó junto con su esposa enfermera.

La noticia de que había sido seleccionado para participar del testeo la recibió “con mucha alegría y responsabilidad” porque dice que lo que lo “moviliza” es su “compromiso de fe”.

“Si podemos hacer algo por el otro, ¿por qué no hacerlo?”, se preguntó retóricamente.

En tanto, el economista y profesor universitario Luis Arguero aseguró que “no dudó un segundo” al momento de tomar la decisión, porque lo vivió como una oportunidad para “ser parte de la solución a un problema”.

“No lo consulté con nadie de mi familia, pero tampoco fue impulsivo. Pienso que quizás tenga suerte y que me inyecten la vacuna, porque hay un grupo que es de control y solo recibirá placebo”, dijo al programa Tercer Tiempo de Led FM.

De 42 años y padre de tres hijos, Arguero recibirá la primera de dos dosis, el próximo 28 de agosto.

“Siendo una persona de mediana edad, en buen estado de salud y teniendo la voluntad de contribuir, daba con el perfil de voluntario. En cambio, mis padres y algunos conocidos no podrían por ser grupo de riesgo. Por eso, en mi caso, hay que ponerse la camiseta y embarrarse”, concluyó.