El Pasaje Pan es ese pasadizo mágico en medio del bullicio del centro rosarino. No es una casa, pero tampoco es una calle. Nació como un pasillo de oficinas a ambos lados desde calle de Santa Fe, hacia el centro de manzana donde terminaba. Luego continuaría hacia Córdoba ya como una galería comercial mucho más grande. Su primer tramo fue inaugurado en el año 1899, siendo así la galería más antigua de Rosario. 

El programa Cada Domingo de El Tres, hizo un recorrido detallado por las entrañas del pasaje, que es bien rosarino pero desconocido para muchas personas de la ciudad. El actual Pasaje Pan nació como la mansión de los Lejarza, pero el pasaje en sí fue edificado en dos etapas: en 1899 en el sector con salida a la calle Santa Fe se construyeron oficinas por la que se accede a través de una sucesión de pequeños patios intermedios. Quince años después continuaría hacia calle Córdoba, ya como una galería comercial mucho más grande.

Este patrimonio cuenta con tres hitos importantes que es interesante conocer. Fue la primera casa de tres pisos que se levantó en Rosario. También fue la primera galería cubierta del país y Rosario se ponía así a la vanguardia de la estética de los nuevos centros comerciales que llegaban como tendencia desde Paris. Y por último, el Pasaje Pan fue el tercer edificio en tener su propio ascensor, y el primero de acceso libre al público. 

Claudia Sabatini y Florencia Balestra acompañaron a El Tres en esta recorrida. "Esto es la mansión que construyó Fermín Lejarza en 1871 y por ahí poca gente lo sabe, era la residencia de los Lejarza. Aquí por ejemplo se sentaron las bases de la liga del sur porque era muy amigo de Lisandro de la Torre", comentaron. 

Luego destacaron que "esto nació como casa, se van a dar cuenta que están todas las habitaciones de la casa arriba y acá estaba la entrada de los carruajes de la familia".

"Se llama así porque el último dueño de este pasaje fue Andrés Pan, un español comerciante muy ávido para los negocios que tenía varios locales en la zona de Rosario y fue el último propietario”, describieron luego. 

Acá convive lo público-privado. Es como una calle pero a la vez se puede fumar si tenés ganas. Puede haber mil o dos mil personas que no se notan", describieron. 

"En la planta alta también había o sigue habiendo locales, que hacen a la movilidad del lugar. Son negocios de antigüedades, ropa diseño y el bar fue también importante", señalaron. 

"Este pasaje es muy parecido a los que se diseñaban en Europa, como todas las construcciones antiguas de Rosario, que imitaban o seguían las reglas del academicismo y por eso se ven esas similitudes en molduras de altura u otros detalles", concluyeron.