Finalmente se conoció la decisión de Marco Ruben sobre su futuro: no va a continuar. Lo habíamos adelantado en Telenoche hace un mes y el fin de semana fue confirmado por el propio jugador a través de un comunicado.

La pandemia adelantó el retiro. El covid-19 hizo que apresure lo que ya venía pensando desde enero y había hecho público, esperaba terminar el certamen en junio y finalizar -en otro contexto- su relación contractual con la institución y con la actividad profesional. Pero esas cosas del destino, algo que nadie tenía en cuenta, hicieron que tuviera que ponerle fin a una carrera excelente. Tal vez sean motivos entendibles como no poder entrenar o la incertidumbre que hay en el fútbol argentino.

Sin embargo, no son los únicos motivos. La relación con la dirigencia no era la mejor, independientemente de que nadie lo confirme abiertamente. Hacía mas de cuatro meses que no tenían diálogo con el delantero. Su representante siempre fue el intermediario entre las partes y eso era algo que no se veía muy bien internamente ya que a Ruben le dieron -según consideran los propios directivos- un muy buen trato.

No solamente la falta de claridad respecto de la vuelta de la actividad tenía a mal traer al jugador. Alguien muy cercano a él manifestó que el hecho de observar que no vendrían refuerzos y que la formación tendría muchos juveniles no lo entusiasmaba demasiado.

El problema no era económico en esta oportunidad, como sí ocurrió el 7 de agosto de 2018 cuando irrumpió en una conferencia de prensa y mostró su malestar con la actual conducción por problemas en el contrato. En esta ocasión, el tema estaba resuelto. Así lo aseguraron los principales directivos canallas: "No hay ningún problema económico con Marco, eso hay que aclararlo" dijo tajante el presidente auriazul Rodolfo Di Polina y ratificado por el vice presidente Ricardo Carloni: "No tenemos ninguna deuda con él".

En aquella ocasión, había sido muy duro en la conferencia de prensa y sorprendió a todo el pueblo centralista desnudando una interna que hasta entonces solo pertenecía al ámbito de los rumores: “exploté”, “dijeron mentiras muy grandes”, “claramente hay un quiebre”. Y ese quiebre duró y se extendió en el tiempo. Nunca más hubo buen diálogo como el que mantenían hasta ese momento. A fin de año emigró a Atlético Paranaense.

Igualmente, hay tristeza en el club por no poder contar este año con la figura del club. Así lo manifestaron los dos directivos: "Me genera tristeza que no haya continuado, nosotros lo trajimos y era un emblema" comentó Carloni. Por su parte, Di Polina dijo: "No es una buena noticia para el club, pero tampoco es una despedida total, veremos el año que viene que pasa. Obviamente respeto su decisión".

No toda la cúpula dirigencial piensa de esta manera, a tal punto que estaban divididos respecto de si querían que continúe o no. Un directivo, que no es de los que siempre está en contacto con los periodistas, dejó entrever que no estaban muy a gusto con la forma en que Ruben y su representante se venían manejando.

El hecho de no continuar le da respiro a la institución desde lo económico porque estaba generando deudas que hoy no estaban en condiciones de poder saldar. El directivo que prefirió no dar su nombre, además manifestó: "Ruben dividió a la comisión, había múltiples opiniones. No te voy a decir que la palabra justa es que respiramos, pero por lo menos aclara el panorama y ayuda a tomar decisiones".

Y fue un poco mas allá en su relato: "Algunos lo quieren si o si, otros no tanto y otros están hinchados las pelotas por como se maneja".

La historia terminó de esta manera, al menos por ahora. En este 2020 no habrá Marco Ruben, no habrá goleador y el año que viene se verá cuál es la decisión del jugador. Y obvio, también tendrá que tenerse en cuenta la postura de los directivos y el DT respecto de si aceptan la reincorporación en el caso que pretenda regresar.