El plantel de Newell's está de licencia. Los dirigentes no. Y hoy le rezan a Lanús para que el Granate deje fuera de competencia en la Copa de la Superliga a Vélez Sarsfield y así poder ir a la carga por el entrenador del Fortín, Gabriel Heinze, el único que genera un consenso absoluto entre todas las partes: jugadores, dirigentes, oposición e hinchas.

Esta noche, a las 21.10 en el José Amalfitani, el conjunto velezano recibirá a los de Zubeldía en la revancha de la serie que se inició con victoria de los de Liniers por 2 a 1 en condición de visitante. No será sencillo, ya que ni siquiera el 1-0 le alcanzará a los del sur bonaerense por la valía de los goles fuera de casa. Pero la llave es pareja y no sería descabellado que los granates lo lograran.

La ilusión de los hinchas: que el Gringo vuelva para dirigir a Maxi.

Heinze ya avisó que no se sentará a charlar con nadie mientras el plantel que dirige esté en actividad, pero en voz baja sus allegados admiten que la chance de llegar a Newell's le hace mucho más que un ruidito. El Gringo sabe que el club de sus amores necesita una mano y que su jerarquía y experiencia pueden ser claves para zafar del descenso.

Si bien el entrerriano no desconoce la dura realidad económica del club, está al tanto de la conformación del fideicomiso que podría depararle a los dirigentes fondos para salir al mercado a reforzar la plantilla. Y que su arribo genera mucha expectativa en grandes ídolos de la entidad como el mismísimo Tata Martino.

Pero él no será el que provoque el diálogo. Esperará la iniciativa de los directivos, una vez que Vélez deje de competir en el actual certamen. La comisión directiva sueña con tener que llamarlo este mismo martes.