Racing derrotó 1 a 0 a San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro, en un duelo correspondiente a la 21ª fecha de la Superliga. El único gol del encuentro lo anotó de cabeza Mauricio Martínez a los 29 minutos de juego. 

El conjunto de Sebastián Beccacece agudizó la crisis del Cuervo, que venía de caer en Córdoba ante Talleres. La Academia, en tanto, consiguió el segundo triunfo al hilo, ya que en la fecha pasada ganó el clásico ante Independiente por 1 a 0, con dos jugadores menos por expulsión.

Con este resultado, Racing acumula 35 puntos y se mantiene en la cuarta ubicación, en zona de clasificación a la Copa Libertadores.

La segunda caída consecutiva de San Lorenzo complicó la situación de su entrenador Diego Monarriz, que vivió una semana particular después de su pelea con los hermanos paraguayos Ángel y Óscar Romero en la derrota con Talleres en Córdoba, el sábado pasado.

El Ciclón, reprobado por su público, permanece en el décimo puesto con 30 unidades –último de acceso a la Copa Sudamericana– pero podría caer hasta cuatro lugares de acuerdo con los resultados de los partidos que restan esta fecha.

Racing jugó de menor a mayor en el primer tiempo: después de un comienzo con el protagonismo cedido al rival, destrabó el partido con una pelota parada –bien ejecutada por Walter Montoya y capitalizada por Martínez– y luego justificó la ventaja ante un San Lorenzo que perdió la línea.

El equipo de Sebastián Beccacece pobló mejor la mitad de la cancha e impuso su juego con la inteligencia del chileno Marcelo Díaz –pivote en ese sector–, y la claridad del paraguayo Matías Rojas, que se movió libremente por el centro y la izquierda.

De ese modo, y especialmente tras la apertura del marcador, la Academia puso en relieve la lentitud y la inseguridad de la última línea de San Lorenzo, compuesta por cinco defensores pero con sus laterales adelantados con la intención de darle amplitud a su ofensiva.

El local transitó el camino inverso en la parte inicial porque amagó con hacerse dueño del juego pero mostró muy poca agresividad y ya en desventaja fue un equipo descontrolado al punto de necesitar la orden de Silvio Trucco para ir al descanso.

El paraguayo Ángel Romero, esta vez sin su principal socio de juego, su hermano Óscar, fue el hombre más activo en ataque y el protagonista de la oportunidad más clara con una chilena que salió desviada, cerca del palo izquierdo de Gabriel Arias.

Con un clima de descontento creciente por la producción del equipo, el DT de San Lorenzo apostó fuerte en el segundo tiempo y de arranque cambió nombres y esquema.

Ignacio Piatti, de regreso al club tras ganar la Copa Libertadores 2014, ingresó por Juan Ramírez y el delantero debutante Agustín Hausch (16 años) lo hizo por Fabricio Coloccini, lo que puso fin al bloque de cinco defensores.

Al rato fue el turno del otro Romero, en el último intento por darle a San Lorenzo el rendimiento pretendido.

Racing atravesaba el clásico sin apremios pero Beccacece, de todos modos, decidió reforzar la estructura defensiva con Alexis Soto (por Leonel Miranda) después de cambiar a su único delantero neto (Lisandro López por Nicolás Reniero).

El partido quedó planteado con San Lorenzo como claro dominador de la pelota y el terreno, aunque sin traducirlo sobre el arco adversario, un contexto muy habitual en equipos que acumulan buenos jugadores pero sin funcionamiento.

Agazapado, Racing esperaba una oportunidad para liquidar el partido y casi la encuentra a los 26 minutos con un remate de Rojas que Sebastián Torrico desvió al córner en una clara demostración de su vigencia en el día de su cumpleaños número 40.

En completo desorden, San Lorenzo buscó de manera estéril la igualdad hasta el minuto final y su rival coqueteó con el segundo en cada avance pero no encontró la precisión necesaria para rematar el clásico.

Fuente: Télam