Miguel Barbieri sufrió un esguince de rodilla izquierda con lesión del ligamento colateral interno durante el clásico de la sexta fecha y desde ahí se perdió todos los partidos que Rosario Central jugó en esta Superliga. En plena recuperación, el defensor habló en Zapping Sport de su rehabilitación y del presente del equipo.

“Me dijeron que eran entre cuatro y cinco semanas de recuperación. Ahora estoy entrando en la semana cuatro y lo apuntado es tratar de terminar esta semana con el mayor progreso posible para la otra intentar estar en la consideración para el partido con Vélez, sin apurarlo porque es una lesión de rodilla y no podés darte el lujo de exigirla de más”, explicó.

Al principio, no pensó que la lesión era de tal gravedad: “Lo hablé con Diego (Cocca) cuando salí y con mi familia. Salí por la paralítica que tenía desde hacía diez minutos y se me dificultaba mucho correr. Aunque ahora veo la imagen y me doy cuenta que me agarro la rodilla en el momento. Y a la mañana siguiente me di cuenta que algo había pasado”.

Barbieri es sacado por los médicos en el clásico. (Alan Monzón / Rosario3)


Acerca del andar canalla en el torneo, con siete empates sucesivos, comentó: “Tiene su mirada positiva porque cuando el equipo de va de visitante, como en cancha de Colón (donde San Lorenzo perdió) o a la misma de San Lorenzo, sin jugar bien por pasajes, los rivakes no nos superan ni nos ganan y eso es alentador. Pero desde el otro punto, peleando el descenso, hay que intentar ganar de local. Como pasó con Patronato y Racing. Ese es el saldo negativo”.

“Igual hay más cosas positivas que negativas: seguimos invictos, hay partidos que antes perdíamos que ahora ni cerca estamos de perderlos. Y en muchos pasajes de los partidos el equipo muestra que tiene con qué ganarlos. El camino es bueno pero hay que rematarlos”, analizó.

Finalmente, añadió: “El empate afuera siempre se justifica con una victoria de local. Empatamos con San Lorenzo y sabíamos que iba a servir si le ganábamos a Patronato, pero no se pudo. Hay que imponerse de locales a los rivales y ganarlos. Si rompemos con un par de triunfos, el aire va a cambiar y el equipo mentalmente va a superar eso. Es más una cuestión de convicción”.