La idea de la comisión directiva de Rosario Central es agotar instancias para que la suspensión de medio estadio por parte del Ministerio de Seguridad de Santa Fe no se haga efectiva. ¿Cómo actuarían para evitar la clausura? Presentando un recurso de amparo como mecanismo de defensa.

Los directivos creen que la medida fue presentada con pocos días de anticipación, dado el movimiento que deben realizar para reacomodar a los abonados y, más aún, considerando que las bombas cayeron el 15 de febrero y la resolución se publicó once días más tarde.

Otro de los atenuantes es que quienes controlaron las condiciones en las que se presentaba el Gigante para el juego ante Gimnasia fueron inspectores del mismo organismo que luego lo clausuró. Esta consideración los pone en la vereda de enfrente del Ministerio de Seguridad de Santa Fe.

¿Que esperan lograr los directivos? La aspiración mínima es que habiliten toda una tribuna clausurada. Al menos, que las dos bandejas de la platea del Río estén disponibles para evitar el traslado de los alrededor de cinco mil abonados al sector de Génova. El grueso de la popular de Regatas, está mayormente ocupada por socios que debieran ingresar en los espacios libres del resto de las tribunas.

La cifra promedio de espectadores en Arroyito es de entre 28.000 y 30.000 espectadores. Alrededor de ocho mil hinchas se quedarían afuera si la medida de la cartera de seguridad provincial queda firme. Con ese cálculo aproximado, y ante la inminencia del juego es complejo reacomodar a la gente. Si es que pueden obtener una morigeración de la pena, con tres tribunas la situación se alivia.

Incluso, la Directiva estudia la posibilidad de jugar a puertas cerradas para ahorrarse un problema mayor y evitar el roce entre quienes ingresen y quienes no. A esta altura, Central el domingo a las 19.45 jugará contra Arsenal con tres tribunas habilitadas o bien, sin público.