Fue presentado Cristian González  en Rosario Central y rápidamente quedó evidenciado que la dirigencia quiso volver a las fuentes, a las raíces, a los orígenes de lo que fue la institución hace muchos años atrás.

La destitución de los descensos en el campeonato de la República Argentina le permitió a los directivos pensar en un proyecto unificado desde la  primera división a las inferiores, con gente que conoce -y mucho- de qué se trata esto de pertenecer a un club que tantas glorias promovió en su su  extensa existencia.

Cuando llegaban los técnicos de turno, exigían mucho y modificaban toda -o en gran parte- la estructura deportiva. Y los directivos les daban la venia para que se sintieran cómodos desarmando las divisiones menores, sacando técnicos, decidiendo incluso dónde tenían que ir a trabajar los jugadores de Reserva.

Y después de finalizar sus vínculos, por supuesto, había que rearmar todo otra vez. Así, los proyectos nunca se podían consolidar.

Pero esta vez la comisión directiva ha escogido gente que ha pasado por el club (mejor, que ha nacido en Arroyito) y que hasta saben lo que es salir campeón. Allí apuntaron los directivos con el Kily, Carbonari, Ordoñez y permitieron la continuidad de Hernán Castellano. 

Ellos, junto a los coordinadores de las categorías menores Hugo Galloni e Iván Moreno y Fabianesi, llevarán a cabo por primera vez en mucho tiempo una "política institucional" que no deja librado al técnico de turno las decisiones importantes para el futuro auriazul.

Es para aplaudir que se pueda comenzar un proyecto que involucre a actores principales y secundarios (todos nacidos en el club) para poder llegar a un objetivo  en común. Como dijo el flamante conductor: "De una vez por todas queremos recuperar de verdad nuestro sentido de pertenencia". Es eso lo que quedó de manifiesto en esta primera carta de presentación.