La defaulteada aceitera Vicentín anunció este jueves que “existen varios interesados en ocupar la capacidad de molienda contratada por la exportadora Díaz y Forti, si la empresa mantiene las dificultades para cumplir su compromiso”.

Desde que entró en cesación de pagos a finales de 2019, una de las principales fuentes de ingreso de Vicentín es operar sus plantas para terceros. Fue así que a principios del año pasado, la exportadora local Díaz y Forti se convirtió en la principal operadora a fazón del puerto cerealero y la planta aceitera que el grupo tiene en San Lorenzo. Y para este año había comprometido de subir de 200 mil a 300 mil toneladas mensuales la operatoria, sumando también volumen en la planta de Ricardone.

Pero en diciembre, el gobierno nacional suspendió las operaciones de Díaz y Forti por inconsistencias en la liquidación de exportaciones. Y esta semana, luego de buscar sin éxito que la vuelvan a habilitar, la empresa pidió la convocatoria de acreedores. La apuesta de Díaz y Forti es que la Justicia, en el marco del concurso, la vuelva a habilitar para operar. Pero si eso no ocurre, Vicentín ya abrió el paraguas.

En efecto, en su informe público sobre su estado de situación a enero 2020 difundido este jueves por la tarde, informó que la empresa “entabló acciones con el objetivo de celebrar nuevos contratos de fazón de soja que le permitieran aprovechar el 30% de capacidad de planta que no se encontraba comprometida bajo el contrato con Díaz & Forti”.

Es así que en el mes de enero se logró celebrar nuevos acuerdos de fazón con ACA, Molinos Agro y la Unión Agrícola Avellaneda. “Estos contratos permitieron cubrir el total de la capacidad disponible para los meses de enero y de febrero 2021”, dijeron.

ACA es la principal acreedora comercial de Vicentín y la Unión Agrícola Avellaneda, con la que tiene históricos lazos institucionales, también está en el lote de los principales acreedores. A diferencia de otros acreedores importantes, ninguno de ellos denunció penalmente a Vicentín.

Diego Guelar, asesor del directorio de la aceitera, calculó que para septiembre habrá acuerdo con los acreedores y junto con el ingreso de nuevos inversores surgirá una nueva Vicentín con otra composicion accionaria, pero privada y nacional

En el caso de Molinos Agro, Rosario3 pudo saber que en febrero está haciendo un fazón de 50K, mientras que para marzo analizará como viene la venta de los productores para ver si lo desactiva, lo mantiene o lo incrementa. Un tema no menor es que Molinos Agro tiene la planta lindante a la de Vicentin en San Lorenzo y pueden embarcar cruzado porque hay conexión entre ambos puertos.

Según el informe, durante enero los ingresos por fazones, elevación portuaria y almacenamiento de Vicentin alcanzaron la suma de u$s9 millones, mientras que en el mismo mes tuvo gastos por u$s5.5 millones. Hay que recordar que la firma tiene un pasivo de u$s1.400 millones. Si bien Díaz y Forti, que es su principal cliente no operó, igual en enero cumplió con los pagos por los fazones contratados, por ejemplo abonando u$s1.2 millones por la planta de Ricardone que no utilizó.

Sobre la marcha del concurso, la próxima fecha a destacar es la del 15 de marzo cuando el juez que lleva la convocatoria, Fabián Lorenzini, presente el Informe General. Recién el 28 de agosto habrá una audiencia informativa sobre la propuesta de pago, y Vicentín tendrá exclusividad para su propuesta hasta el 3 de septiembre.

Precisamente, para septiembre, Vicentin espera tener listo un acuerdo estratégico integral para su reformulación integral. Al menos así lo estimó Diego Guelar, el ex embajador argentino en China que fue contratado como asesor del directorio de Vicentín, durante su exposición en el ciclo de charlas bautizado “Comité de Crisis” que organiza todos los jueves la consultora Agroeducación.

“Aspiro que este proceso termine bien, con una nueva Vicentin, con otra conformación accionista, pero volviendo a utilizar la extraordinaria capacidad productiva de su empresa y su entorno”, señaló. Y destacó que “fue Vicentín, la empresa más importante de Santa Fe, la que posibilitó que el norte de Santa Fe no sea un páramo”.

Sobre las razones que la llevaron a protagonizar el default más grande de la historia del mercado de granos argentino, sostuvo que “la empresa tuvo un traspié financiero, hizo malas inversiones y se sobre-endeudó y por eso terminó en concurso de acreedores”.

Y fue ahí que estimó que “en un esfuerzo conjunto de los accionistas, con los acreedores capitalizando deudas y con el ingreso de nuevos inversores, en septiembre habrá acuerdos y de allí surgirá una nueva Vicentín, con mayoría privada y nacional, mucho más fuerte que la del pasado”.