Por primera vez en la historia el consumo de carne aviar en Argentina logró equipararse durante el año pasado con el de carne vacuna, en torno a los 50 kilos por habitante. Y las razones del cambio en la tendencia del consumo hay que buscarla por el fuerte aumento de precios que tuvo la carne. La novedad es que ahora se viene el aumento del precio de pollo. Así lo anticipó el presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (Cepa), Roberto Domenech, entidad que reúne a las principales empresas del sector.

“Nosotros mantuvimos un crecimiento constante del consumo, parejo. Hubo años con incrementos de dos kilos (por habitante), y otros de 500 gramos. Mientras que la carne (de vaca) viene bajando. En 2002, el pollo se ubicaba en los 23 kilos de consumo y los cortes bovinos en 70”, dijo en una entrevista al medio Tranquera.   

“Creo que esto se debe a una tendencia mundial. Las proyecciones, entre 1980 y 1985, eran que, entre 2015 y 2020, la producción de carne de pollo iba a ser la mayor a nivel mundial, superando al cerdo, que es la de más consumo en general, fundamentalmente por China y algunos países europeos”, agregó.

“El otro elemento fundamental es el precio que tiene el pollo en el mundo entero. Así como la baja del consumo de la carne bovina tuvo que ver con un poco menos de oferta, que condujo a mayores precios, en el caso del pollo fue exactamente al revés. Cada vez hay mejores resultados. En forma más rápida se desarrolla el crecimiento del pollo, mejoró sensiblemente el alimento balanceado, como un elemento fundamental, y la tecnología aplicada en los procesos de crianzas y los galpones. Todo ese tipo de cosas lograron que haya una productividad muy grande y una sensacional disminución de los precios” dijo.

En este momento, el pollo salido de fábrica está aproximadamente en 105 o 108 pesos el kilo, a lo que hay que ponerle un 10,5% de IVA. Pero al público está llegando a 150 pesos en un lugar de oferta, y en una carnicería muy cara a 180 pesos. Mientras que el corte más barato de carne (de vaca) que puede haber,  está arriba de los 400. Eso para el consumo es muy importante”, sostuvo.

En base a los números del Indec,  durante febrero se produjo un importante quiebre en la tendencia de precios que se vio durante el año pasado  y los cortes de pollo se incrementaron  5,7% contra un 0,5% de los vacunos. Es decir, once veces más. Para el empresario, igual no está en riesgo  la creciente predilección por la carne aviar.

“Mientras exista esta diferencia de precios, no veo un riesgo. La carne bovina no aumentó más porque tuvo un techo para hacerlo, que fue el bolsillo de la gente. En el caso nuestro, se debe al incremento del maíz y de la soja a nivel internacional. La alimentación a pasto es una cosa, pero la de los pollos es otra. El maíz se incrementó un 68% durante el año pasado, y en los últimos 4 meses hubo un alza superior al 50%. La soja anda más o menos por ahí. Estaba a 350 dólares la tonelada y ahora está a 530, cuando el 30% del alimento para nuestra actividad es la soja y el 60% es el maíz. El coto de ese alimento se traslada directamente al (precio del) pollo. Impactó en un 5% y es probable que haya 2% o 3% más de suba, que puede ser que aparezca (plasmada) durante este mes”, resaltó Domenech.

“Además debe tenerse en cuenta que hay un precio producto del costo, pero también de la oferta y la demanda, que es otra cosa. Si se va de vacaciones la gente y cae la demanda, a los pollos no se los puede guardar indefinidamente en los galpones, tienen un período de vida muy corto. En Argentina, faenamos diariamente unos 3,7 millones, de lunes a viernes. El día que están listos, hay que faenarlos y sacarlos. Si no los podés vender en ese momento, los tenés que congelar y después ver cuando comercializarlos. Si tengo que afrontar el aumento del maíz y la soja, y sigo sin vender, no me queda otra alternativa que producir menos, hasta que encuentre aquellos que estén dispuestos a pagar el incremento de costos que tengo”, concluyó el dirigente de la cámara avícola.